lunes, 19 de noviembre de 2018

La Fuga

Defender la libertad, a costa de la vida es un noble e importante deseo de todo militante. Pero frente a acusaciones de índole reñidos con la moral aprista, cercana a delitos tipificados en el código penal hay mucha distancia, ser valientes implica enfrentarse a la injusticia, al abuso de poder, al abuso de los fiscales que gratuitamente recurren a la prisión preventiva en la incapacidad de formalizar denuncias consistentes que con el paso de los meses dan paso a la libertad (también provisional) y al letargo de los procesos penales incluso por graves delitos.
El uso mediático de la actuación de los fiscales debe ser prohibido para evitar que, cual una puerta giratoria, transiten impunemente de acusadores a políticos usando como trampolín de fama procesos penales que se vuelven mediáticos por la gerarquía de los implicados. La actuación de estos fiscales desde el punto de vista probatorio y legal dejan mucho que desear, acusaciones que duermen por décadas en las gavetas de los fiscales (y periodistas), en espera del "momento mediático" es una justicia de estampo mafioso que privilegia al que sigue escondido de los reflectores esperando la próxima mega obra o cerrando acuerdos de espaldas al pueblo.
Que la justicia llegue de la mano de la verdad y que los protagonistas reserven elevados estándares jurídicos en sus actuaciones, que los políticos entiendan que si quieren ser adinerados el camino está lleno de celdas listas para recibirlos o embajadas complacientes para esperar pacientemente la prescripción.
La revolución está en el corazón del pueblo que busca justicia, que busca solución a sus problemas cotidianos, mientras mas nos alejamos de ello el partido se vuelve solo en una coalición de intereses preelectorales y una franquicia para tener presencia en la cédula electoral que vende o mejor alquila su símbolo al "financista de turno", que la luz de VRHT nos brinde renovado rumbo en esta tempestad mediática.