miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cabecera de playa

La súbita disputa, al parecer ya resuelta, con respecto al desarrollo de la Costa Verde nos ha dado una muestra de lo que es nuestra política, sus veleidades y su poca institucionalidad.
Castañeda Lossio, así como los alcaldes Heresi, Masías y Allison fueron elegidos en las filas de Unidad Nacional, lo que supondría que tendrían un plan de trabajo común, sin embargo, las diferencias mostradas en los pasados días parecen esconder conflictos por expectativas electorales antes que una visión de desarrollo en debate.
Manuel Masías fue pepecista, luego se convirtió en uno de los delfines de Alberto Andrade en Somos Perú, y hoy aparece como un escudero de Luis Castañeda Lossio, habiéndose inscrito en Solidaridad Nacional. Francis Allison fue pepecista, una vez electo se inscribió en Solidaridad Nacional, pero por diferencias justamente en el desarrollo costero renunció a esa agrupación quedando en calidad de independiente. Salvador Heresi ha desarrollado su carrera política en el PPC, pero parece que sus legítimas aspiraciones de buscar el sillón del alcalde de Lima no cuentan con las simpatías de Castañeda.
¿No engañaron a los ciudadanos al ofrecernos una plataforma de trabajo conjunto para luego tomar cada uno su camino?
En estos días en que el Partido Popular Cristiano celebra otro aniversario, varios de los que en algún momento se convirtieron en jóvenes promesas se disputan el mismo espacio desde diferentes frentes políticos. Vemos cómo la política se convierte cada vez más en un oficio de ejecutar obras y de ambiciones personales, y cada vez menos en una tarea de quienes tienen un modelo de sociedad distinta y trabajan por el bien común.
La política tiene que dejar de ser la cabecera de playa de quienes quieren hacer negocios o satisfacer vanidades. Ponerse a órdenes del servicio público significa renunciar a personalismos y capacidad de trabajar en equipo tras un proyecto común. Poco de esto vemos por estos días.

Juan Carlos Valdivia